viernes, 1 de octubre de 2010

Redacción de la entrevista

Capítulo 5

Redacción de la entrevista


5.1.- Preparación

Delimitar el tema, tomar en cuenta que este tiene que ser de interés actual. Y tomar en consideración esto, elegir a la persona adecuada que cubra nuestras expectativas.

Asegúrese de entender correctamente la labor que se le ha asignado o que usted mismo se ha adjudicado.

Seleccione un asunto de interés actual para sus lectores.

Seleccione un tema definido y más bien limitado, que en corto tiempo pueda desarrollarse con cierta profundidad.

Elabore una guía (cómo se ordenarán las preguntas)

Elija un posible lugar o escenario para llevar a cabo la entrevista (lugares públicos o privados)

Duración (cronograma de tiempos. Aconsejable menor a 2 horas)

5.2. Concertación de la cita

Solicitarla personalmente, escribir o telefonear a quien se desea entrevistar. Se le explica quién es usted, lo que desea y porqué. Las mejores entrevistas se hacen en la oficina o en el domicilio del entrevistado. Fije la hora y el lugar conveniente para la entrevista.

Use ingenuidad y perseverancia para obtener una entrevista, en caso de que fracase el intento de hacer una cita. Sin embargo no recurra a métodos poco éticos.

5.3.- Información sobre la persona a entrevistar

Previo a la entrevista debe aprender lo más que sea posible acerca de su entrevistado: Posición, logros, opiniones, personalidad, gustos, y antipatías.

Consulte a los amigos o conocidos de la persona.

Consulte artículos y libros que la persona haya escrito o que se hayan escrito acerca de él o ella.

Entérese lo más que sea posible acerca del tema al cual se circunscribirá la entrevista.

Es muy importante que el entrevistador, conozca datos importantes referentes al tema que tratará la entrevista.

5.4.- Preparación del cuestionario básico

Redacte preguntas de actualidad

Redacte preguntas de interés

Evite preguntas que inhiban

Evite preguntas que respondan con sí o no

Formule preguntas que le acarrearán la información deseada.

5.5.- Inicio de la entrevista

Presentarse con el entrevistado y decirle con que fin será llevada a cabo la entrevista. Crear un lazo de confianza y presentar el método de recolectar datos, además deberá establecer el contenido del tema de la entrevista

Podemos dividirla en siete etapas la entrevista:

Apertura: Es el momento en donde se da el primer contacto personal entre ambos (entrevistador y entrevistado). Se genera cierta ansiedad llamada "de abordaje" por parte del entrevistado ya que desconoce cuál será el final de la situación.

Relación: Es el clima de confianza y de seguridad que el entrevistador debe ser capaz de crear durante la entrevista. Esta situación brindará un clima especial a la entrevista, donde el entrevistado podrá explayarse y sentirse de manera más libre.

Desarrollo: Es el momento más extenso ya que es donde se trata el tema puntual de la entrevista. Durante este proceso es muy importante tener en cuenta la comunicación verbal como también la comunicación no verbal.

Cima: Es el momento en el cual se alcanza el nivel de relación más alto. En ese momento el entrevistador generalmente aprovecha para hacer las preguntas más íntimas, donde se van a tratar los temas más conflictivos. También se produce cierto grado de ansiedad, llamado "ansiedad de mantenimiento".

Cierre: Es el momento que marca el final de la entrevista y en donde la ansiedad por parte del entrevistado va a subir, ya que comienza a pensar en todo lo que dijo y en cómo será evaluado. Este grado de ansiedad es llamado "ansiedad de cierre". Resulta ser un momento muy importante a tener en cuenta por parte del entrevistador ya que una vez que se apaga la grabadora, la tensión baja, entonces es probable que se aporten datos que antes no se hubieran mencionado.

Interpretación: Esta interpretación se realiza una vez finalizada la entrevista. Significa tratar de darle un sentido o un significado a los contenidos tanto verbales como no verbales, que emitió el entrevistado.

Evaluación: Es donde se comparan los resultados obtenidos con los objetivos fijados en un primer término.

5.6.- Cómo lograr una respuesta determinada

Influye en primer lugar el carácter del entrevistado y el modo en que formula sus preguntas. Generalmente se deben hacer preguntas inteligentes y evitar aquellas que puedan poner al entrevistado a la defensiva. Ejemplo: ¿Qué cree usted acerca de....? ¿Qué puede decirme acerca de....?

5.7.- Actividad del entrevistado en tanto habla el entrevistado

Deberá emplearlo en escuchar, deberá captar sus sentimientos, sus reacciones no expresadas, observar sus movimientos.

5.8.- Cuando el entrevistado se desvía del tema

Interrumpir de manera directa pero con amabilidad. Si un entrevistado se sale del tema. Basta con repetir la pregunta original o pasar a otra. El entrevistador debe mantener el control de la entrevista.

5.9.- Mostrar la entrevista

Hay que mostrar la entrevista terminada sólo si el entrevistado la pide para percatarse de estar de acuerdo en como será presentada.

6.1.- Redacción de la entrevista noticiosa

La forma de redactar una entrevista depende de la clase de entrevista que se haya realizado. Las noticiosas, de opinión y de semblanza difieren en la finalidad de cada una de ellas persigue, y difieren por tanto en su estilo, su escritura, su presentación.

En todos los géneros periodísticos y literarios los párrafos iniciales (la entrada) son fundamentales. La entrada de una entrevista noticiosa tiene como objeto informar mientras que la entrada de una entrevista de opinión se encarga de situar al receptor, subrayarle la importancia del personaje o del tema abordado.

Entrada de la Entrevista Noticiosa

Como en toda información, la entrada de una entrevista noticiosa recoge lo más sobresaliente del hecho. Debe responder a las preguntas qué, quién, cuándo, cómo, por o para qué y estar redactada en tal forma que desde las primeras palabras el receptor queda informado.

La entrada más común de la entrevista noticiosa es la textual. Pero téngase presente que la cita de una entrada textual debe ser una frase del entrevistado, que sintetice todas sus demás declaraciones, o una frase que represente lo más significativo o importante de las declaraciones.

El Cuerpo de la Entrevista Noticiosa

Ya se ha indicado que una de las características esenciales del estilo noticioso es la objetividad. La objetividad implica ausencia de juicios del reportero. En la noticia, el periodista no comunica sus opiniones personales. En la entrevista noticiosa, además de no comunicar sus opiniones personales, debe procurar desaparecer de la escena.

Porque el público no le interesa saber quién fue a entrevistar al personaje en cuestión ni qué tan hábil fue el periodista. Le interesa lo que dijo el personaje, las noticias que ésta da, lo que el entrevistado dice. En la entrevista noticiosa el reportero es un simple intermediario, y como tal debe desempeñar su labor.

Aunque no puede negarse que la forma dialogada da viveza a cualquier escrito, es una forma impropia para noticia. Alarga la conversación, resta concisión y sobriedad, convierte al reportero, sin necesidad en personaje de noticia”. En la entrevista noticiosa es conveniente proscribir el diálogo y cualquier referencia personal al reportero (“me informó”, “le comenté”, “me explicó”).

La redacción mejorará, si el estilo se hace más conciso, más directo, y el cambio de la primera persona del plural por la del singular (“le preguntamos” por “le pregunte”) suaviza el toque de vanidad que se persigue en el primer ejemplo. Ahora se tiene la impresión de que el personaje ya no está hablando únicamente al periodista sino al periodista y sus receptores. Sin embargo, el reportero sigue estando presente. Sigue entrometiéndose, mostrando las preguntas que realizó.

Ejemplo de cómo redactar una entrevista noticiosa:

Cierre de empresas y pérdida de empleos, en niveles críticos

 Urge atención especial a estos problemas: Secretaría de Economía
 “Focos rojos" en la mayoría de los estados
 Sí hay política industrial, responde García de Alba

Isabel Becerril
El Financiero, Martes, 12 de agosto de 2003

El cierre de empresas y la pérdida de empleo ya llegó a niveles críticos, por lo que "urge dar atención especial a estos problemas, ya no podemos esperar", admite Sergio García de Alba Zepeda.

En entrevista con EL FINANCIERO, el subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa de la Secretaría de Economía (SE) dice que en estos momentos la mayor parte de los estados del país registran "focos rojos y amarillos" en cuanto a la número de patrones registrados ante Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y en la cancelación de plazas de trabajo.

Las entidades que registran la situación más crítica por el decremento en el número de patrones ante el IMSS son: Guerrero, Distrito Federal, Coahuila, Durango, Colima, Guanajuato, Sonora y Veracruz. En cuanto a la desaparición de empleos, las entidades que observan la problemática más intensa son el Estado de México, Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Guanajuato, Oaxaca, Tlaxcala y Veracruz, dice.

El subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa menciona que para resolver la pérdida de plazas de trabajo y la desaparición de compañías en el país, lo primero que hay que hacer es una disección del problema para identificar las entidades donde la situación es crítica y empezar a trabajar en conjunto el gobierno, las secretarías de desarrollo económico y los sectores productivos.

En ese mismo contexto, García de Alba Zepeda adelanta que la subsecretaría a su cargo junto con el IMSS ya trabajan en la aplicación de un sistema de información y seguimiento por estados, que permitirá al gobierno identificar de inmediato el cierre de empresas y pérdida de empleos.

Cifras imprecisas

Señala que con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) es difícil conocer cuántos empleos hay en el país en estos momentos y el número de empresas; "las estadísticas que hace el INEGI no son constantes, por tanto no es un sistema que nos permite llegar al nivel de atención y prevención que requerimos en esos dos ámbitos".

A unas horas de que se inaugure la Semana de las Pyme, Sergio García de Alba refuta a los empresarios que se han dedicado a decir que no hay política industrial en México. Dice: "El Programa de Desarrollo Empresarial 2001-2006 fue presentado hace dos años y en su elaboración participaron ampliamente los organismos que representan al sector privado, por lo que no es válido decir que en el país no hay política industrial." Además, a partir de dicho esquema se empezaron a elaborar los programas sectoriales y hasta el momento ya se tienen el de la cadena fibras-textil-confección; cuero-calzado-productos de piel; automotriz-autopartes; el de electrónica; software, y el de trigo-harina-pan.

"Ésas son acciones concretas que demuestran que sí hay política industrial y desarrollo empresarial", insistió.


6.2.- Redacción de la entrevista de opinión

Tiene como función principal situar al receptor, hacerle ver la importancia del tema o del personaje abordado. Si la entrevista está fincada en el tema, la entrada servirá para señalar la importancia de ese tema y justificar, así, el que se haya buscado una opinión determinada.

Si la entrevista se finca en el personaje, la entrada servirá para presentar a éste y demostrar su autoridad en la materia que aborda.

Toda entrevista contiene dos elementos fundamentales: Tema y personaje. Atendiendo a la preponderancia de uno u otro es posible establecer dos casos:

Entrevista de opinión fincada en el tema: Considérese que un asunto de actualidad o de interés permanente sugiere la realización de un determinado trabajo periodístico. Se tiene el tema y se busca al personaje que pueda dar una opinión o un comentario autorizado.

El tema ha originado la entrevista. Se tratará, pues, de una entrevista de opinión fincada en el tema.

Entrevista de opinión fincada en el personaje. La presencia de un personaje puede ser el pie de una entrevista de opinión.

Supóngase la llegada al país de una celebridad mundial (El Papa, un jefe de Estado de algún otro país, un músico internacional). O que se recuerde a un viejo intelectual o sobreviviente de algún hecho histórico trascendente. Los directivos o el reportero de un determinado medio periodístico suponen que tal o cual personaje merece ser entrevistado para que el público lo escuche hablar de su especialidad.

Ha surgido una entrevista de opinión fincada en el personaje.

Cuerpo de la Entrevista de Opinión

Tanto el cuerpo como el remate de una entrevista de opinión son más elásticas que el de una entrevista noticiosa. Resuelta la entrada, el desarrollo y el remate puede redactarse:

En orden de importancia decreciente: Acomodo de las declaraciones del personaje de acuerdo con su importancia (método similar a la pirámide invertida, de la nota informativa)

En agrupación de temas: Es muy probable que durante la plática el entrevistado haya abordado desordenadamente diferentes asuntos o diferentes aspectos del asunto central.

El desarrollo lógico en agrupaciones de temas exigiría ordenar la redacción de la entrevista para proporcionar al lector o al escucha de radio y televisión un panorama del asunto abordado por el personaje, en sus distintos planes y detalles.

En desarrollo cronológico: A partir del segundo párrafo, se relata la entrevista en el mismo orden en que fue realizada. Este desarrollo, que facilita notablemente la tarea del reportero, es adecuado en entrevistas breves, que se han realizado ordenadamente y en las que no existe el riesgo de confundir al receptor, o en las que el asunto va cobrando una intensidad, un suspenso determinado que conduce a un desenlace.

Un desarrollo cronológico en una entrevista larga, remite a un lector avezado a pensar más en el trabajo de un transcriptor, un mecanógrafo, que en el de un periodista. El reportero, pues, debe procurar siempre recrear la conversación con aportaciones propias, no ser simplemente un copista.

En cualquiera de los desarrollos señalados conviene intercalar párrafos sobre la personalidad del entrevistado. La presencia del reportero en la entrevista de opinión no es, como en la entrevista noticiosa, prohibitiva. Tampoco es exigible una objetividad extrema.

Conviene evitar la primera persona del singular (“me dijo”, “me explicó”) pero se admite la primera persona del plural (“nos dijo”, “nos explicó”).

Lejos de desaconsejarse la forma dialogada, la entrevista de opinión suele adquirir, “el sabor”, viveza cuando se utiliza el diálogo, siempre y cuando el reportero no aproveche sus intervenciones para presumir de su sagacidad o de su inteligencia. Se nota claramente cuando un periodista quiere pasarse de listo, colarse como “personaje-noticia”. En estos casos deben evitarse las preguntas inútiles o largas que sean contestadas por el entrevistado con lacónicos “sí” o “no”.

Este procedimiento es inconveniente por ineficaz en la realización de una entrevista e intolerable en la redacción.

El reportero debe recordar que al lector, al televidente, al radioescucha, le interesa oír hablar al entrevistado. Las preguntas del periodista que se incluyen en el texto periodístico deben ser tan sólo para darle fluidez al escrito, para hacer lógicas y significativas las respuestas. Deben ser un recurso puesto al servicio del entrevistado, no al servicio del propio reportero.

Ejemplo de cómo redactar una entrevista de opinión:

La comicidad es un estado de ánimo provocado por algo: Héctor Suárez

 Mi comicidad nunca ha sido ñoña, no hago reír gratuitamente, siempre entre líneas
 La comedia se hereda, se siente, pero también se tiene que preparar, cultivar y extenderse
 “Qué nos pasa”, fue un “bum” nacional y ejerció un cambio en el público.

Por José Aguilar Becerril
Febrero de 1992


Héctor Suárez, actor que ha participado en series de televisión como la Cosquilla en 1970 y “Qué nos Pasa” en 1986. En cine a realizado películas de éxito como Lagunilla mi barrio y El mil usos.

Durante su supervisión antes de comenzar la obra “Estoy Loco” en el teatro Lírico, Suárez, reflexiona y opina sobre la comicidad en México.

¿Cuál sería su definición de comicidad?

"La comicidad es un estado de ánimo provocado por algo, provocada por una situación, causada por una situación física, orgánica y emocional. La comedia parte siempre de la pena ajena que es risible, por ejemplo: Vamos a suponer que un hombre camina y se resbala con una cáscara de plátano y se cae, mientras se levante es chistoso, si no se levanta entonces pasa al drama".

¿Cuál debería ser el perfil adecuado de un comediante?

"La comedia se hereda, se siente, pero también se tiene que preparar, cultivar, extenderse y eso depende del nivel personal de cada quien, del concepto que se tenga de la profesión, del amor al público, del respeto que se tenga uno mismo y a la misma comedia, el género más serio y más difícil de lo que la gente imagina".

"En mi caso personal, -ya que no quiero hablar de los demás-, mi comicidad nunca ha sido ñoña, no hago reír gratuitamente, siempre entre líneas, con subtexto, busco decir algo importante a través del humor. Mi posición ante la comedia, disciplina que he tocado, pues no me considero un cómico, sino un actor, y la comedia es un género que aprendí a tocar al igual que manejo el drama, melodrama, tragicomedia, guiñol, astracán y retruecan. Las características como cómico en mi caso es decir un testimonio social y político".

¿Considera que los programas cómicos en la televisión en México, influyen en la conducta del público?

"Los programas cómicos en la televisión mexicana sí influyen en el público, todo depende de quien este haciendo el tipo de comedia. Y no nada más repercute un comediante, sino cualquier actor, por eso se tiene que tener mucho cuidado en lo que se realiza, ya que muchos niños y jóvenes van a tomar el ejemplo y si éste es nefasto, puede ser peligroso".

¿Cuál sería el objetivo de los programas cómicos?

"Yo detesto la risa ñoña, la que no aporta nada, el pastelazo es maravilloso siempre y cuando tenga una razón de existir, pero un pastelazo repetitivo no proporciona nada, Cándido Pérez, ya sabemos que va a ridiculizar a la suegra, a bajar las escaleras a tropezones y a burlarse de la sirvienta, y eso lo venimos viendo durante años, no cambia, no dice nada. Y vamos lo estoy poniendo como un ejemplo y no porque tenga algo contra este actor".

"Todo cómico que quiere decir algo importante debe pensar a quién dirige su mensaje, a que sector social, que comen, su horario de trabajo, cuantos hijos tienen, todo hay que tomar en cuenta para efectuar un sketch cómico".

¿Se pueden realizar contenidos educativos y culturales a través de la comedia?

"Claro que sí se pueden realizar contenidos educativos y culturales a través de los programas cómicos, y no nada más en estos, sino también en el drama o en el teatro, porque desde los griegos el teatro ha servido para denunciar, hablar, conversar, platicar y cuestionar. “Qué nos pasa”, fue un “bum” nacional durante tres años y a mucha gente le molesta y le jode, porque no reconocen nada, pero esta serie ejerció un cambio en el público".

¿Cuál sería la diferencia entre un cómico de cine, carpa, televisión y teatro?

"En el cómico de carpa, cine, teatro y televisión, no hay diferencia, lo importante es el talento y sensibilidad para poder expresarse dentro de la comedia. Ahora lo que hay que saber es dónde está uno parado, a quién se dirige el trabajo, si es la carpa, hay que ver que tipo de gente asiste, o si realizas cine o televisión pasa lo mismo. La comedia es como se conceptúa cada quien, pero lamentablemente aquí esta saturado de “chistosos” que no aportan nada, se dan a ellos mismos y solo ganan dinero y no regalan una sonrisa".

¿Cuál sería su aportación al pueblo mexicano?

"Mi aportación como actor es mi trabajo, todo lo que hago tiene un fondo, por ejemplo: En la obra “Estoy Loco” el sketch de los 15 años, y a pesar de que la gente se muere de risa, la crítica es feroz, terrible, grotesca, estoy donde la gente se ríe, ridiculizo a una tradición, que debería desaparecer en estos tiempos que todo está tan caro y que estas personas, sobre todo la del sector medio bajo son las que festejan esto, y que empeñan “la vida” y todo lo que tiene, para presentar a su hija, y yo me pregunto a cuál sociedad".

¿Qué actores de comedia son los más sobresalientes en México?

"Pues me pones a pensar, está este chico Eugenio Derbéz, y Eugenio Cano, que es muy bueno, y ya no hablo de los demás por que eran prospectos sensacionales y se han comercializado y se han dedicado a ganar lana nada más y no darle nada al público. Hubo actores que eran prospectos sensacionales, pero se enfrascaron en la peladez y la vulgaridad gratuita sin razón de ser y terminaron con el cine mexicano".

6.3.- Redacción de las entrevistas de semblanza

La entrevista de semblanza, como ya quedó dicho, tiene como fin principal hacer el retrato escrito de un personaje. Tanto al realizar una entrevista de semblanza como al redactarla, el periodista ha de considerar que su trabajo deberá darle al lector una idea de quién es, cómo es y cómo piensa el personaje.

Los diferentes aspectos que deben incluirse en una entrevista de semblanza son los siguientes:

Descripción física del personaje (figura, complexión, estatura, color de la piel, señas particulares.

Atuendo (modo de vestir en el momento de celebrarse la entrevista).

En la generalidad de los casos, las fotografías o escenas que acompañan al trabajo periodístico completan o corroboran la descripción física que el periodista hace en su texto. Sin embargo, el reportero nunca debe atenerse a las ilustraciones, sino tratar de describir al personaje con tal exactitud que sin necesidad de imágenes el receptor sienta “estar viendo” al entrevistado.

Descripción Psicológica

Carácter, temperamento, manera de ser y de pensar

Valoración del personaje

Cualidades personales y profesionales. Interpretación y juicio de su obra o de la actividad que lo haya hecho célebre.

En la entrevista se semblanza caben las opiniones del reportero. Es valido enjuiciar al personaje, hace resaltar su personalidad. Pero tal valoración debe ser mesurada y estar apoyada en hechos reales, objetivos.

Una entrevista no debe ser, de ninguna manera, una sucesión de elogios gratuitos que hagan pensar al público que el reportero fue pagado por el personaje. No se trata necesariamente de “hablar bien”, como tampoco, necesariamente de “hablar mal” de nuestro entrevistado, sino de mostrarlo, de darlo a conocer en sus distintas facetas.


Datos biográficos

De su vida profesional (Currículum vitae)

De su vida privada (nacimiento, lugar de origen, infancia, adolescencia, madurez, estado civil, vida familiar).

Por lo regular no es conveniente presentar los datos biográficos en bloque, en un solo párrafo cargado de fechas, títulos nombres. Conviene, para aligerar la entrevista, irlos intercalando en la narración, “salpicar” con ellos el escrito.

Anecdotario

Aventuras o sucesos de carácter festivo, dramático, pintoresco, ocurridos al personaje dentro y fuera de su ejercicio profesional.

Declaraciones del personaje

Es natural que en la realización de una entrevista de semblanza el personaje de opiniones y noticias. Incluso hay ocasiones en que puede decirse que una entrevista pertenece simultáneamente tanto al género de entrevista de opinión como al de entrevista de semblanza.

La declaraciones del personaje pueden ser:

Noticia: Cuando el entrevistado informa (por primera vez) de sus planes o datos periodísticos importantes de algo que atestiguó o que puede documentar.

Opiniones: Sobre sí mismo o sobre su actividad y sobre temas de interés general.

Relatos anecdóticos. Afirmaciones aparentemente triviales o pintorescas sobre su vida profesional.

Régimen de vida

Costumbres, manías, aficiones, comportamiento, horario.

Muchas entrevistas de semblanza se centran casi exclusivamente en este aspecto. El periodista sorprende al personaje o describe, con detenimiento, cómo se irrita o divierte en su territorio íntimo el entrevistado. Para el público resultan sumamente atractivas y reveladoras las entrevistas de semblanza que abordan esa clase de aspectos de la vida de un personaje.

Escenario

En relación con todo lo anterior, el lugar donde se desarrolló la plática tiene gran importancia en la entrevista de semblanza. Preferentemente, los trabajos de este género deben desarrollarse en el domicilio del entrevistado, donde este manifiesta más íntegramente su personalidad.

También, desde luego, en los lugares donde desarrolla su actividad profesional. En estos casos, la descripción del escenario es tan importante como la descripción del sujeto.

No es recomendable realizar entrevistas de semblanza en cafés, restaurantes u oficinas, a menos que esta clase de sitios se imponga inevitablemente.

No todas las entrevistas de semblanza, sin embargo, alcanzan a incluir exhaustivamente los ocho aspectos señalados. Se puede prescindir de algunos de ellos y centrar la redacción de este género, donde el periodista está en libertad de desarrollar su peculiar estilo literario.

La entrada en la entrevista de semblanza

El principal fin que persigue la entrada de una entrevista de semblanza es el de ganar la atención del público, excitar su curiosidad, interesarlo por el escrito, invitarlo a seguir la entrevista.

Cualquiera de los nueve aspectos que incluye una entrevista de semblanza puede servir para redactar la entrada. Lo que importa siempre es que los párrafos iniciales –a manera de gancho- “atrapen” al lector.

El desarrollo

Aunque no hay estructuras típicas para el desarrollo de la entrevista de semblanza (cada periodista está en libertad de desenvolver su propio estilo) es posible establecer a modo de orientación los dos siguientes esquemas:

Desarrollo en orden del aspecto predominante

En toda entrevista de semblanza existe –de entre los ocho aspectos señalados- un ángulo predominante que sirve de eje al relato y gobierna el desarrollo.

Si antes de redactar la entrevista el reportero encuentra o elige cuál es el aspecto básico en el que se centrará su trabajo, la redacción será más sencilla. El periodista irá desenvolviendo este aspecto de principio a fin salpicando, con los demás aspectos, los párrafos de su texto.
Así, puede hablarse de entrevistas de semblanza centradas en la valoración que el periodista hace del personaje, en su régimen de vida, en su vida, en su biografía, en sus declaraciones, en su descripción psicológica. El aspecto predominante sirve de eje y conforma la entrevista.

Desarrollo en orden a la cronología de la realización

Quizás el modo más simple y más común de desarrollar una entrevista de semblanza es el que se atiene al orden en que se efectuó la conversación.

Empezar en el momento en que se llega a la casa del personaje; ir relatando después -en orden cronológico- todo lo que se nos fue diciendo y todo lo que captamos (alternando la narración, desde luego, con datos biográficos y aspectos secundarios), para concluir el escrito en el momento en que termina la charla, es una manera efectiva de redactar una entrevista de este género.

Las ventajas del desarrollo cronológico son la claridad y el orden. Pero existe el peligro -por lo que a la entrada y al remate se refiere- de caer en moldes gastados, estilísticamente pobres, como el de muchas entrevistas que comienzan diciendo: “Llegamos a la casa de fulano de tal, quien nos recibe con una sonrisa en los labios y nos dijo que pasáramos.....”. Y terminan: “.....Y nos despedimos de fulano agradeciendo las dos horas de charla que nos concedió y ofreciéndole disculpas por todo el tiempo que le quitamos a sus importantes ocupaciones”.

Es importante evitar, a toda costa, esta clase de moldes estereotipados, que lo que provocan es un sentimiento de compasión por parte del público hacia el autor de la entrevista: hacia el reportero.

El remate

La forma de concluir una entrevista de semblanza está relacionada con el desarrollo empleado. El remate debe ser siempre concluyente y sugestivo: puede ser una valoración subjetiva del personaje, una declaración noticiosa o pintoresca, una frase que repita alguno de los elementos de la entrada, para que a la manera de una trayectoria circular se dé la impresión de que se vuelve al punto de partida del escrito, etcétera.

Ejemplo de entrevista de semblanza o de personalidad

Atravesando fronteras
Entrevista con Jorge RAMOS

Por José Carvajal

Es quizá el rostro de noticiero más conocido de la televisión hispana de Estados Unidos. Lleva 18 años trabajando en la cadena Univisión, y de un tiempo a esta parte su nombre aparece en la lista de los bestsellers en el mercado norteamericano del libro. Lo de bestseller comenzó tímidamente hace unos años, cuando publicó Detrás de la máscara, y luego Lo que vi.

Sin embargo, a pesar de la gran expectativa que suscitaron los primeros dos libros en un público acostumbrado al Jorge Ramos de celuloide, no fue sino hasta la publicación de su tercer título, La otra cara de América, que Ramos afincó el pie firme en el estribo. Por lo menos en Estados Unidos, La otra cara de América se convirtió en uno de los libros más vendidos en 2000, junto con La fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa.

Asimismo, cada presentación de Jorge Ramos se torna en un auditorio atiborrado de televidentes que se asoman por curiosidad a ver el rostro del presentador en persona; muchos también con la esperanza de darle la mano o llevarse a casa un libro firmado por él. Pero el periodista, considerado uno de los más exitosos en el ámbito hispano de Estados Unidos, está consciente de que todo ese interés del público es, en gran medida, producto de su aparición diaria en televisión, al menos por ahora.

JOSE CARVAJAL: Jorge, eres una persona muy conocida en Estados Unidos, presentador del noticiero de la mayor cadena de televisión hispana, autor ahora de cinco libros, uno de ellos traducido ya al inglés; todo producto de tu trabajo periodístico de años. Miles de personas te consideran un hombre exitoso y un ejemplo a seguir. Pero, en tus propias palabras, ¿qué es el éxito para Jorge Ramos?

JORGE RAMOS: El éxito es hacer lo que se te pegue la gana. Y tener la libertad para hacerlo. Yo creo que es eso, es la cosa más sencilla del mundo. Es poderte dedicar a lo que más te gusta, es poder estar con los que más quieres estar, es poder viajar a los lugares que quieres ir. Conversar y entrevistar a las personas que cambian el mundo. Y en mi caso como periodista es poder estar en los lugares donde cambia el mundo. Es como un concepto muy sencillo. No le meto mucha cabeza. O sea, éxito para mí no es el estereotipo de tener mucho dinero, tener mucho poder o tener muchas cosas, porque no tengo nada de estas tres cosas. O sea, vivo muy a gusto pero ni me siento rico ni me siento poderoso, ni me siento con muchas cosas sino que... lo que sí me siento es que puedo hacer lo que quiero.

JC: ¿Entonces te consideras una persona exitosa?

JR: En mis propios términos, sí.

JC: ¿Cuándo notaste que comenzabas a tener éxito en la vida?

JR: A ver... de nuevo el término, para que no se vaya a confundir. Una vez que pude... Es que yo creo que para poder tener éxito, según mis términos, para poder hacer lo que se te pegue la gana, necesitas cada vez tener un mayor control sobre tu propia vida. Y en mi caso fue un proceso muy paulatino. Muy, muy lento; yo creo que no me he sentido en control de mi propia vida hasta los últimos cinco o diez años. Antes dependía mucho de otras personas, profesionalmente, económicamente; ahora ya no.

JC: Ahora te sientes mucho más seguro...

JR: Sí. Mira, por ejemplo, estoy en un trabajo con mucha seguridad. Soy como los viejos trabajadores japoneses que han trabajado en la misma compañía toda su vida. Piensa que llevo trabajando para Univisión desde el 84. O sea, llevo 18 años trabajando con la misma compañía. Luego, el trabajar en la televisión, que lo pagan muy bien, me ha permitido no preocuparme por el dinero. Y de alguna forma garantizar que mis hijos vivan mejor de lo que yo viví. Todo esto también me ha permitido tener tiempo libre para poder escribir. Y al poder escribir bueno, pues ya, puedo expresar mis propias opiniones que no las puedo dar en televisión.

JC: En comentarios a tus libros se ha dicho que eres una persona atrevida, que a veces eres atrevido desde el punto de vista periodístico, y otras que eres muy parco. ¿Cuándo crees que se debe ser uno o lo otro? ¿Te consideras realmente atrevido?

JR: Tengo perfectamente definido los momentos y la manera en que debo actuar. Debo ser parco y no debo dar mi opinión cuando estoy... en el Noticiero Univisión. O sea, no me contrataron para dar mi opinión ni para llorar en cámara, ni para expresar puntos de vista personales; ahí debo ser parco. Cuando se trata de entrevistar a gente que tiene poder, y particularmente aquellos que han abusado del poder, ahí es que hay que ser atrevido. Cuando tienes que tomar la decisión personal de ir a una guerra, ahí hay que ser atrevido, y cuando escribes un libro y empiezas a contar cosas personales o dar opiniones tuyas, ahí hay que ser atrevido también.

JC: A veces te han calificado incluso de muy “duro”, “agresivo”, “incisivo” y hasta te han considerado una persona “non grata”...

JR: La mayor parte de las entrevistas que he tenido con presidentes autoritarios o dictadores han sido solo una vez. Pocas veces después de una entrevista dura, el entrevistado me invita a una segunda entrevista; eso es cierto. Pero yo creo que mi responsabilidad como periodista es hacer las preguntas duras, las preguntas incómodas, las preguntas difíciles, y llego con la actitud de que si yo no hago esas preguntas, nadie más las va a hacer. Y no me importa caer mal, si siento que estoy haciendo mi trabajo. No me importa que crean que soy un pesado, si logro preguntar lo que muchos no han podido preguntar.

JC: Y los temas de tus artículos... a veces da la impresión de que hablas de todo, ¿cómo escoges los temas de tus artículos, de tus columnas, que aparecen en muchos diarios aquí en Estados Unidos?

JR: Mira, trato siempre de escribir a partir de experiencias personales. Trato de escribir solo de lo que veo, de lo que leo, de lo que converso, y a partir de ahí escribo. Y entonces, me parece que todos mis artículos trato de que tengan un tono personal. Si voy a Afganistán hablo de lo que veo, y no de teoría política; si voy a Acapulco, hablo de los niños clavadistas, y no de turismo. Trato de dar, de nuevo, como un toque personal. Entonces, mis artículos y mis libros están un poco dictados por lo que me ha tocado experimentar, lo que me ha tocado vivir como periodista. Y es mucho, ¿no? Tengo en mi oficina, no sé si te acuerdas, un mapa de los lugares adonde he ido, y ya llevo más de 60 países. Entonces, he tenido una gran suerte... el periodismo ha sido mi boleto al mundo, ha sido mi trampolín al mundo, y este trampolín me ha permitido ver cosas que la mayor parte de los seres humanos no han tenido la suerte de ver. En ese sentido soy muy afortunado. Siento que soy una persona que está bien parada en el mundo.

JC: Tus artículos se publican en decenas de diarios hispanos de Estados Unidos y América Latina, elaboras segmentos analíticos especiales para varias emisoras de radio; en Univisión, además del noticiero participas en programas tipo revista televisiva, como Aquí y Ahora. Y aparte de todo eso, en cuestión de dos o tres años has logrado un espacio en el mercado del libro en español en Estados Unidos; en 2000 tu libro La otra cara de América compitió en ventas con La fiesta del chivo de Mario Vargas Llosa. Todo eso está bien, pero hemos notado que no eres tan conocido en el Cono Sur, ¿por qué se da esto?

JR: Es muy sencillo. Vendo libros porque la gente me ve en televisión. No hay ningún secreto en esto. Estoy totalmente convencido que si yo no saliera en televisión, me hubiera costado muchísimo más trabajo publicar mi primer libro y que la gente se interesara en lo que yo escribo. En eso no hay ningún secreto. Tengo que ser muy humilde en eso, de reconocer que si yo no saliera en televisión mis libros no se verían. Entonces, ¿por qué no me conocen tanto en el Cono Sur? Por una razón muy sencilla: la señal de satélite de Univisión llega hasta Colombia... entonces, más allá de Colombia soy un absoluto desconocido. Más al sur de Colombia soy un absoluto desconocido, más al este de la Florida y Nueva York soy un absoluto desconocido, más al oeste de Los Ángeles soy un absoluto desconocido. Está muy claro para mí que quien se interesa al principio por mis libros, por lo menos esa primera intención de ver quién es, es porque me ha visto por televisión. Y espero que conforme van pasando los años, la gente se interese tanto por lo que escribo, pero por ahora, sin duda es efecto de la televisión.

JC: Cuándo comenzaste, incluso ahora que llevas ya un gran camino recorrido, ¿cuál era tu marco de referencia? ¿Imitabas, si es que imitabas a alguien en tus comienzos? ¿Qué periodista te hubiera gustado ser?

JR: Mira, siempre he tenido muy claro que no debo copiar a nadie; y que debía tener mi propio estilo personal. Pero hay dos mujeres que me influyeron mucho para escoger mi carrera de periodismo...

JC: Oriana Fallaci y...

JR: Exacto. La primera de ellas es Oriana Fallaci, su Entrevista con la Historia me impactó mucho. Primero, porque yo era muy joven; segundo, porque ella se atrevía a hacer las preguntas duras a la cara y de alguna forma he tratado de hacer lo mismo en televisión que ella hacía en sus entrevistas. Y luego tuve la desgracia de coincidir con ella en la Guerra del Golfo Pérsico, en Arabia Saudita, y no haberme atrevido a decirle que gracias a ella yo me había hecho periodista. Es una de las grandes frustraciones que me han quedado. La otra mujer que influyó muchísimo en mi carrera, incluso sin saberlo, es Elena Poniatowska. La noche de Tlatelolco me parece que es uno de los testimonios históricos más importantes que ha tenido México. Y en ambas mujeres, si te das cuenta, hay una valentía extraordinaria en esos dos libros. Entonces, quienes más influyeron en mi decisión de convertirme en periodista fueron ellas dos: Oriana Fallaci y Elena Poniatowska.

JC: Incluso, creo que Isabel Allende notó lo de Fallaci al leer tu primer libro, Detrás de la cámara...

JR: Claro, ella... bueno le agradezco mucho su comentario, pero ha sido una leve referencia a Oriana Fallaci. Por supuesto, no se trata de ponerse al mismo nivel de ella, pero sí tengo que reconocer que su influencia me ha tocado. O sea, en mis libros, en mis entrevistas hay esa intención de agresividad, de golpear, de desenmascarar, de desnudar; igual que en las de Fallaci. Eso es en mis entrevistas, y en mis libros hay esa intención de ver, de grabar, de ser honesto, tener la mente muy abierta, y de ser valiente al decir las cosas que descubrí en Poniatowska.

JC: Por observación personal cuando estuve trabajando por muy poco tiempo en Univisión, noté que eres buen lector; es decir, lees mucho, y como todo lector avezado te haces tu propia opinión de lo que lees. ¿Qué impresión de causó, en su momento, un libro como El príncipe de los mendigos de Guillermo Descalzi? Te pregunto porque como fue un periodista que cosechó tanto exitoso aquí en Estados Unidos...

JR: Mira, yo recuerdo mucho a Guillermo Descalzi cuando íbamos a Centroamérica y los presidentes se asustaban de que él hubiera llegado. Yo creo que fue uno de los mejores periodistas que ha tenido la televisión hispana. Tristemente cayó en las drogas, y maravillosamente se ha levantado. Su libro me pareció muy honesto, y me pareció que pocos tendrían el valor de escribir así de sí mismos.

JC: ¿Y entrevistadores y escritores como Jaime Bayly, por ejemplo, que son muy atrevidos?

JR: Bueno, a mí me cae muy bien Jaime Bayly. Por cierto, me he leído todos los libros de Jame Bayly. Me estoy leyendo ahora el último, La mujer de mi hermano. Yo admiro mucho a gente como Jaime, porque son escritores que se atreven a decir lo que piensan, que no les atemoriza el escándalo. Hay que ser muy valiente para escribir libros como los de Jaime Bayly y para reconocer quién es uno mismo, y para decírselo en la cara a la gente. Admiro mucho el valor de Jaime al escribir.

JC: Ahora hablemos de tus aspiraciones literarias, porque tengo entendido que las tiene. De hecho este nuevo libro, Atravesando fronteras, es un acercamiento a un género mayor, que es la novela. Creo que es tu primer libro que no reúne artículos ni entrevistas...

JR: Sí, tienes mucha razón. Es el primer libro que no está compuesto de partes...

JC: A mí me luce un libro que se acerca más a la novela...

JR: No me atrevería a decir novela porque tengo un problema, y es que para mí la realidad sigue siendo... por el lugar tan afortunado que tengo como periodista, de poder ver y viajar, la realidad siempre me ha parecido más interesante que la ficción. Entonces, hasta el momento ni siquiera he tratado de explorar la ficción. Tengo por ahí unos cuentos pendientes, pero la realidad sigue siendo más poderosa para mí que la ficción. Pero sí en este libro, Atravesando fronteras, que en inglés es No Borders, sí logro, o sí intento que sea un libro mucho más completo. Tiene un hilo conductor de principio a fin, y el hilo conductor es el de alguien que busca su casa, no casa en el sentido material, sino en el sentido figurado; alguien que no tiene casa. Porque al irme de México hace tantos años ya no soy ni de México ni de Estados Unidos. Soy un poco como la canción de Facundo Cabral: No soy de aquí ni soy de allá; entonces, el subtítulo me parece que dice mucho, el subtítulo es Un periodista que busca su lugar en el mundo. Un poco eso es el libro. Cuenta mi historia desde niño en México hasta ahora en Estados Unidos.

JC: O sea que sí, realmente es autobiográfico...

JR: Sí, sí es totalmente autobiográfico.

JC: Pero hay una travesía que hiciste para el programa Aquí y Ahora. Una travesía por la frontera, creo que hablas de esa experiencia en el libro ¿o no?

JR: No, no, lo de Aquí y Ahora fue... Yo creo que lo de Aquí y Ahora sería como sólo una parte del libro. O sea, en el fondo lo que estoy reconociendo en el libro es que sigo siendo un inmigrante. Me describo como un inmigrante periodista o como un periodista inmigrante. No puedo dejar de serlo; yo no quise ser inmigrante, sino me tuve que convertir en inmigrante... Y eso es un poco lo que cuento en el libro.

JC: Bueno, dos preguntas más porque sé que el tiempo apremia. Supongamos que sí, que tienes aspiraciones literarias concretas y que de alguna manera te diera por escribir una novela, ¿qué novela te gustaría escribir?

JR: Mira, te voy a ser más concreto. Estoy explorando la posibilidad de escribir un libro para niños. Eso, por supuesto, sería un libro de ficción. Pero, de nuevo, me hala mucho la experiencia, por ejemplo con mi hijo Nicolás que tiene cuatro años. O sea, que si voy a escribir alguna vez un libro para niños tiene que ser ahora, cuando tengo tan pegada a la piel la experiencia de ser papá. En esas ando, en escribir un libro para niños. Mira, lo de una novela, por ahora no. Quizás empezaría con cuentos y... no sé, pero por ahora no. Por ahora tengo este proyecto para niños, tengo otros proyectos; pero todos en cosas de no-ficción.

JC: ¿Crees que lo has logrado todo Jorge Ramos? Creo que es una pregunta que se hace la gente que te ve a diario por televisión...

JR: No, no, no. Al contrario. Bueno, en el periodismo siento que he logrado todos los objetivos que me he planteado en la vida. Pero estoy en una época de transición. Tengo 44 años y quizás estoy a punto de entrar en esta crisis de la mediana edad. Y después de tantos años de ver, después de tantos años de ser testigo, de pronto tengo una urgencia por hacer algo. Y entonces la idea de la política no es algo que estoy descartando.

JC: ¿Localmente acá en Estados Unidos o en México?

JR: No sé. Todavía no tengo que decidirlo. Todavía tengo un par de años más con Univisión. No es algo que me urja, pero sí es algo que he estado considerando. O si no, si no se da en la política, entonces méterme más en el mundo de la política a través de las columnas, quizás a través de las columnas y los artículos.

Forma y Estilo

Cualquier estilo es válido. Si lo juzga conveniente, el reportero puede hacerse presente y redactar su entrevista usando tanto la primera persona del singular como la del plural. Lo mismo puede utilizarse la forma dialogada que el lenguaje indirecto, pero la desaparición del reportero, el poner directamente al personaje frente al lector, es el recurso más efectivo y recomendable.

6.4.- Lenguaje de la entrevista


6.4.1.- La Exposición

Es la forma de enunciar ideas, objetivos y hechos de un discurso que explica la naturaleza de estos. Una verdadera exposición es clara en cuanto a ideas y forma, y es rica en brillantez y originalidad, estas características nunca serán sinónimo de extravagancia y exceso de imagen, sino de iluminación interior, fuerza vital, vida espontánea y sello personal. Los excesos dañan al estilo expositivo, por lo que, al redactar se cuidará la conveniencia de demostrar el cómo y cuándo de las ideas.

La exposición se refiere a los pensamientos y es una de las cuatro formas discursivas que se dirige más al intelecto que a las emociones.

El uso de las formas expositivas lo encontramos en: informes, monografías, proyectos, definiciones, análisis y resúmenes.

Es común encontrar a la exposición mezclada con la argumentación, aunque puede encontrarse con otras formas discursivas (narración y descripción) para lograr el propósito de proporcionar información necesaria para comprender el mensaje en su completa significación.

La exposición es la materia prima del periodismo, y la encontramos en notas informativas, en las entrevistas, en la crónica, en el reportaje y en los artículos de opinión que recurren a la exposición para proporcionar información importante. Esto nos lleva a la conclusión de que la exposición periodística adopta varias formas que son: resumen noticiario, definición de palabras, presentación de cifras, declaraciones de personajes importantes, señas bibliográficas, películas, entre otras de interés público.

En la exposición se manifiesta el pensamiento del reportero, de tal manera que al exponer un tema científico, literario, político o filosófico, se conocen sus puntos de vista, así como los datos necesarios para comprender el concepto que se explica.

El procedimiento expositivo atiende más a la inteligencia que a los sentimientos o emociones. La cualidad más importante en la exposición es la claridad.

6.4.2- La Descripción


La descripción pinta literalmente con palabras, seres, objetos y paisajes; es el cuadro que produce en la imaginación del lector una “impresión equivalente a la impresión sensible”. Trata de dar la ilusión de la vida.

La descripción exige al periodista una gran capacidad de observación y de objetividad: lo que se describe debe darse al lector con los detalles necesarios y sin aumentarle o restarle valor.

Al describir, casi siempre se procede por recuerdos; es difícil hacer una buena descripción de lo que se presencia en determinado momento, es un retrato, y no una copia instantánea. Martín Alonso dice: “Lo que mejor se describe no es lo que estamos presenciando, sino lo que hubimos de presenciar antes. El literato es un testigo desinteresado de la actualidad. La descripción vive y se elabora en el recuerdo, como un eco. Se describe a través de las propias emociones”.

Vayamos de la teoría a la práctica, y describamos algo sencillo: una casa, por ejemplo.

La residencia de mis primos está en el sur de la ciudad, precisamente en el Pedregal de San Francisco. Es una casa majestuosa, de dos plantas, construida en un peñasco que permite contemplar en las noches una espléndida iluminación de la ciudad.

El frente de la casa es un jardín cuidado con esmero; en él abundan las rosas rojas y las gardenias, que rodean una fuente en forma de hongo, traspasada por un puente de ladrillo.

A espaldas de la casa, se encuentra un frontón, en el que pasan mis primos horas los fines de semana.

Las habitaciones son espaciosas y cómodas; las recámaras rodean, por la parte alta, una amplia estancia, decorada con muchos muebles coloniales y bellos cuadros de pintores españoles.

Clases de Descripción. Presentaré las descripciones más aceptadas generalmente. Conviene observar qué se describe y cómo se describe.

Descripción pictórica. Lo que se describe, debe quedar grabado en la imaginación del lector. Lo descrito debe darnos el goce estético –como al pintor un paisaje- por su luz, su color y distribución. El escritor puede describir pintando paisajes; el paisaje “es una porción de terreno considerada en su aspecto artístico”. Para el escritor, paisaje es el campo, el cielo y el mar, vistos a través de su luz, su color, su grandeza, su forma, su movimiento y su vida, todo lo cual influye en el alma mediante el sentimiento. El paisaje ofrece a la contemplación, los viejos olmos, las pacientes ovejas que cruzan de líneas los montes, los arroyos limpios, la fragancia de las rosas, la nube pasajera.

Existen tres maneras de describir pictóricamente:

Plásticamente.
Comparativamente.
Mediante antítesis.

Plásticamente. Describimos plásticamente cuando llenamos de color y damos vida a lo gris e incoloro.

Ejemplo: Anotemos un párrafo gris e incoloro:

“Frente al hogar, reposa el castellano. Es hermoso y altivo, se siente feliz al verse otra vez entre los suyos, después de larga y penosa cruzada”.

Bernardo Morales de San Martín le da vida y color a ese párrafo, gris e incoloro, con las siguientes palabras:

“Frente al hogar de mármoles y bronces, reposa el castellano en alto sitial, viste blanca túnica y lleva bordada en el pecho la roja cruz de los templarios. Es hermoso y es altivo; relampaguea en sus ojos el fuego de su raza indomable y late su corazón apasionado en feliz ritmo, al verse otra vez entre los suyos, después de larga y penosa cruzada”.

Comparativamente. Describir es plasmar imágenes, y se puede plasmar recurriendo a lo semejante en dos objetos o situaciones, subrayándolo y simplificándolo. Comparo cuando afirmo: “Su vida fue como un camino sinuoso”.

Esta comparación facilita la comprensión del concepto que se tiene de la vida de un hombre; es más plástico que decir: “su vida fue cambiante.” La comparación como cualquier redacción, debe ser sencilla, clara y precisa.

Mediante Antítesis. Un concepto puede ser comprendido mediante la contraposición con otro de significado contrario. Contraponer una palabra o una frase a otra de significado contrario es utilizar la antítesis. Lo negro destaca cuando se enfrenta con lo blanco, la luz con la oscuridad, lo bueno con lo malo, lo bello con lo feo.

Descripción topográfica. La técnica de esta descripción mantiene al observador inmóvil, contemplando todo desde un ángulo de visión. Es propio del cronista que viaja describir el paisaje desde un ferrocarril, un automóvil o un avión. No consiste en una enumeración de detalles, sino en la presentación de rasgos que caracterizan un paisaje.

Descripción cinematográfica. El observador puede permanecer inmóvil y los objetos moverse a su alrededor; si éste es el caso, tendremos, al exhibirlo, una descripción cinematográfica. Es compleja; requiere movimiento, luz, color, sonido y contraste. El lector ve y oye lo que se describe, casi con sus propios ojos y oídos.

El retrato. En las descripciones, es fácil advertir que se da una dualidad: el que describe y lo que se describe: se puede describir una casa, un pueblo, una noche, una fruta, etc.

El que describe, siempre será un hombre: un objeto no puede expresarse.

Describir es expresar. Pero el hombre: “la medida de todas las cosas”, ¿no podría describirse y ser descrito? Por supuesto, si el hombre es descrito, tendremos su fotografía si se presentan rasgos físicos; si se dan rasgos morales, etopeya; si reunimos estas dos, obtendremos un retrato.

Si comentamos de un amigo lo siguiente, tendremos una fotografía física:

Su rostro es alargado, amplia su frente y sumidos sus ojos.

Este mismo amigo será descrito moralmente si decimos:

Su rostro es triste, la frente revela al pensador aislado del mundo, y sus ojos delatan al hombre que no ha encontrado la felicidad.

Su retrato resultará de combinar sus rasgos físicos con sus rasgos morales:

Su rostro alargado da la impresión de tristeza; su amplia frente revela al hombre meditabundo, y a su mirada asoma la expresión de la desgracia.

En el retrato, como en todas las descripciones, no deben presentarse demasiados detalles, sino sólo los suficientes para armonizar lo particular con lo general. La descripción no es un inventario, sino una realidad del hombre para la imaginación del hombre

6.4.3.- La narración

La narración expone sucesos humanos ajenos a la intimidad del escritor, aunque éste puede figurar asimismo en ella. La descripción es diferente de la narración; la primera insiste en el aspecto externo de los hechos, percibidos sensiblemente; la segunda cala los hechos y se adentra en los personajes, en su intimidad moral.

Se puede considerar la narración como una descripción ampliada. En la descripción puede estar ausente el ser humano; en la narración no. Si escribo que la casa de mi amigo está rodeada de un jardín, y que en la parte de atrás se encuentra una fuente en forma de hongo, estoy describiendo; pero narro si doy la descripción de la casa y relato la vida de sus moradores. Para la retórica antigua, “la narración era una de las partes en que se dividía el discurso, precisamente aquella en que se aclaraba el asunto mediante el relato de los hechos.

Escribir una carta es tarea que puede aprenderse sin dificultad alguna; pero “el talento de narrar –dice Martín Alonso- es la aplicación, el entrenamiento y la cultura del individuo. No basta tener un asunto atractivo, el entrenamiento y la cultura del individuo. No basta tener un asunto atractivo, es menester presentarlo con interés. Algunas personas son extraordinarias narradoras en la conversación; pero se les da una pluma y se turban: les falta la inscripción y no pueden escribir como hablan.

Narrar es un arte vital que está implícito en la esencia humana: todos, en distinta medida, hemos sido narradores, en más de una ocasión. En charla con los amigos, no falta el “chisme” picante que se relata y escucha con cierto “deleite sadista”, ansiamos regresar de nuestro viaje para contar a parientes y amistades las interesantes experiencias que adquirimos. Hay mujeres que están impacientes por contar las secuencias de la película que dejó una honda impresión en ellas. La abuelita relata cuentecillos hermosos a sus nietos, y los viejos de provincia gustan de sazonar la plática con sabrosas anécdotas de su pueblo natal.

Estas narraciones cotidianas son espontáneas; algunas resultan fluidas y bellas; un gran número de quienes las hacen, carecen de la más elemental instrucción. La narración es esencialmente connatural. Hay mucho que no se aprende con ella y mucho que sí se aprende. Las grandes narraciones son diferentes entre sí. Establecen reglas que sólo ellos aplican.

La narración –más que otros géneros literarios- debe ser sencilla, original y sincera; su imitación es copia sin frescura, sin vida propia. Sin embargo, difícilmente llegaremos a ser buenos narradores si no empezamos por imitar a los grandes, reconociendo que este procedimiento es provisional, es apoyo o muleta para aprender a caminar y, después, si la historia lo dispone, saltamos y corremos por sí solos en el ancho camino de la literatura.

Para que la teoría tenga aplicación práctica, se anota un trozo narrativo. En La muerte y otras sorpresas, de Mario Benedetti.

El OTRO YO

“Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos en la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo, menos en una cosa: tenía otro yo.

El otro yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su otro yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte, el otro yo era melancólico y, debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como su deseo.

Una tarde, Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó, el otro yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después se insultó concienzudamente al otro yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.

Al principio, la muerte del otro yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero en seguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercan sus amigos. Eso le llenó de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. El muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: “Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable”.

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el otro yo”.

ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN

Se consideran como principales elementos de la narración los siguientes:

Los Personajes
La acción
El ambiente

Los personajes. Toda narración se refiere a seres humanos y para que sea de calidad, es menester pintar sin exageración, pero con exactitud, a un sujeto determinado; de modo que el lector pueda representarlo fácilmente en su imaginación y no solamente en forma física, sino con su personalidad caracterizada del todo. Los grandes narradores y novelistas presentan a sus personajes (los importantes y los sencillos) en forma interesante y plenamente caracterizados.

La acción. Sin el movimiento emotivo, no se concibe una narración. Se dan antecedentes de una situación conflictiva, con los cuales basta para que se vaya desarrollando gradualmente, hasta llegar a un desenlace que completa la narración.

La acción no debe confundirse con movimiento físico o con agitación, se trata de movimiento de profundidad psicológica. El movimiento intrascendente es propio de las novelas de aventuras de poca calidad, que sólo busca amplia difusión con fines meramente comerciales.

El ambiente: Ortega y Gasset, entre otros pensadores, sostiene que el ser humano es una resultante de su ambiente, más que de la herencia. Afirma: “yo soy yo y mi circunstancia”. El ambiente conforma el escenario de los personajes: aparecemos pobres, sin casas, caminos, paisajes y aparatos. El ambiente permite al lector acercarse fácilmente a los personajes, sin brusquedad alguna. El escritor debe recoger datos verídicos para crear el ambiente de su obra; fracasaría si tratase de reconstruir situaciones y lugares que le sean desconocidos o poco conocidos.

6.4.4.- El diálogo

El hombre habla en diálogo necesariamente, a tono con las circunstancias, para comunicarse en la vida diaria con los demás seres humanos; pero gusta de reproducirlo, si es escritor, dándole fuerza expresiva en la mayor parte de los géneros literarios, particularmente en la obra teatral, la novela, la didáctica, la entrevista.

El diálogo da frescura a los personajes de una narración, permite pintarlos tal como se desenvuelven en la realidad, es la entraña misma del lenguaje. Porque el lenguaje es un leve puente de sonidos que el hombre echa por el aire para pasar de su orilla a la del semejante, para transitar de su soledad a la compañía. Porque en el diálogo, el hombre habla a su interlocutor y a sí mismo, y las mismas palabras le sirven para adentrarse en su conciencia y para entregarla a los demás”.

El diálogo debe ser: Natural y Significativo.


NATURAL. Pero no se trata de caer en un realismo indiscriminado, por apegarnos a la fidelidad de lo que se dialoga en la vida diaria, podríamos caer en el reflejo de ideas intrascendentes albergadas en formas incorrectas de lenguaje. Pero si evitamos lo intrascendente e incorrecto no debemos caer en lo artificial del rebuscamiento o amaneramiento. El personaje debe hablar a tono con su personalidad. Una sirvienta no puede utilizar los mismos conceptos y las mismas palabras que un catedrático; un político diferirá de un religioso en su expresión; un estudiante utilizará giros distintos de los de un anciano.

El siguiente es un diálogo natural tomado de Mis páginas mejores, de Carmen Laforet:

--- ¿Novedades, Vicentita?
--- ¿Se lo dijeron?
--- Gentes peninsulares en la finca, ¿no? Hermanos de don Luis.
---- Sí
---- ¿Señorita Teresa?
---- Igual
--- ¡ Si la viera ese hombre de tilde...!
--- ¡Si la viera, sí...! Pero nadita que hacer. Ni a escondidas me atrevo otra vez a meter a nadie.
--- ¿La hija no la ayuda?
--- La niña no cree en nada. Quizá cuando crezca...

Es fácil darse cuenta de que el escritor respeta la personalidad de sus personajes, cada quien actúa en su nivel.

SIGNIFICATIVO. Los diálogos de Platón son naturales, sus participantes era personas reflexivas y cultas; a la naturalidad se añadía la significación. Un diálogo significativo sin naturalidad es pesado, aburrido e indigesto.

Muchas conversaciones diarias no dicen nada. El escritor, por gusto estético y respeto al público, debe reflejar sólo aquellos diálogos que lleven alguna enseñanza al lector. Conviene afirmar que se puede ser profundo empleando un lenguaje rudimentario, y se puede ser natural encumbrándose al más depurado de los lenguajes técnicos.

6.5.- Estilo de la entrevista


Sencillez: Empleo de palabras que todos los lectores puedan entender, tomando en cuenta que en periodismo se escribe para el lector medio, sin rebuscamiento y sin tratar de “hacer literatura”.

La Concisión: Un texto periodístico ha de tender hacia la brevedad, en el sentido de la economía lingüística. Hay que expresar con el menor número de palabras la mayor cantidad de información posible. Así, no alargaremos palabras. Con el uso de la sigla. Esta no debe ser utilizada si no es realmente conocida por el público. PRI no supone ningún problema de comprensión, pero ZAS puede que sí.

Claridad: Aunque es muy propia del periodismo y debe primar en él, a veces choca con otras propiedades. Deben quedar muy claros los datos y adquirir una preferencia por un lenguaje sencillo. Se dice que el lenguaje periodístico es coloquial-culto, ya que es suficientemente claro para cualquier lector pero sin llegar a caer en lo vulgar y sin el exceso de tecnicismos. De utilizarlos se debería adjuntar una explicación.

Agilidad: El hecho o el significado del hecho en pocas palabras, las indispensables. Uso de oraciones en su forma más simple: sujeto, verbo y complemento.

Corrección: El texto ha de ser desde el punto de vista ortográfico, léxico – semántico y correcto. El adaptarse a las normas de la academia no es por normativismo puro sino porque así estaremos seguros de que el lector entenderá nuestra forma de expresarnos, llegándole a través del mismo código. Éstas son las normas que se le han enseñado. Sin embargo, estas normas académicas a veces han de ser transgredidas. Un ejemplo sería que, si el lector comprende mejor CD que “disco compacto”, aunque es lo correcto para la academia, deberíamos utilizar CD. La cuestión es saber cuando saltarse la norma y por qué.

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