jueves, 23 de septiembre de 2010

Elementos de la entrevista

4.1.- El ambiente

El ambiente es todo aquello que rodea el lugar donde tiene lugar una entrevista, saber describir el ambiente es tarea de la persona que realiza el evento, es decir, es tarea del entrevistador.

Lo único imprescindible es asegurarse del carácter íntimo y privado de la entrevista.

El mínimo necesario es, pues, que el entrevistador esté a solas con él o los interesados y que tenga la completa certeza de que no será molestado. Ciertos factores hacen de la entrevista algo satisfactorio como son:

El local: Debe procurarse que éste no sea ni muy grande ni muy chico, para de esta manera evitar provocar temores o angustia en el entrevistado, la sensibilidad al medio ambiente está dada en función de las dificultades psíquicas del sujeto.

La iluminación: De preferencia debe ser neutra y bien distribuida por todo el espacio. Por lo mismo, es conveniente que el local tenga ventana.

El mobiliario: Entrevistado y entrevistador deben estar ubicados al mismo nivel. Una mesa y una silla son suficientes para permitir una conveniente evolución en el entrevistado. Por otro lado es recomendable que, durante el encuentro, el entrevistador no tenga ningún obstáculo que le impida la total observación de los movimientos y actitudes que el entrevistador no debe descuidar en ningún momento, si pretende llegar a conclusiones serias sobre el entrevistado.

El ruido: El aislamiento sonoro del local debe procurarse al máximo. Lo ideal es que no se oigan las voces y ruidos provenientes de la calle o de los cuartos aledaños.

El vestido: Debe evitarse todo exceso en la presencia del entrevistador. Se debe tender a la corrección y adaptar la vestimenta al nivel de las personas recibidas.

El lenguaje y los modales: Al igual que el vestido, el lenguaje y los modales del entrevistador ayudarán a determinar la atmósfera prevaleciente. Además, el lenguaje y los modales del entrevistador deben adaptarse a la realidad del entrevistado para evitar choques de personalidad o retraimiento por parte del sujeto recibido, y de esta manera neutralizar la posición expectante del entrevistado.

Para la entrevista se puede seguir dos métodos: El impresionista y El expresionista. El impresionismo nos dará con una visión instantánea en la que se recogen aquellos rasgos detalles que destacan en conjunto; lo más llamativo. El expresionismo nos ha de ofrecer una visión reposada, reflejo fiel del alma de las cosas, y su más pura esencia. Se es impresionista o expresionista por temperamento.

En el periodismo, conviene la técnica impresionista; se impone, en cambio, el expresionismo para la entrevista de cierta altura, la que se hace periódicamente, de cuando en cuando, a personalidades relevantes que exigen un estudio profundo y meditado.

Es imperativo saber describir el ambiente porque es el marco de la persona. Al buen observador le basta con asomarse a un ambiente, con olerlo, para ir viendo ya como es, o como son, la persona o las personas que allí viven.

Es necesario interpretar también los rasgos que reflejan el carácter de la persona a entrevistar, los rasgos de la cara, aisladamente considerados son pocos significativos; lo que interesa son los rasgos que reflejan el carácter. Y tales rasgos son principalmente los ojos, la boca, y las manos. Es necesario estudiar las manos así como también la importancia del atuendo para estudiar a un tipo humano.

4.2.- El Entrevistado

La entrevista moderna, a la que estamos acostumbrados, consiste en un contacto personal entre dos personas: el entrevistador y el entrevistado. Mezcla las impresiones y la descripción del entrevistador con los comentarios hechos por el entrevistado, en respuesta a las preguntas que le hace el periodista.

Para realizar una entrevista, es indispensable contar con el entrevistador y con el entrevistado. En el tiempo que dure el diálogo pueden ocurrir varios inconvenientes menores, como el que la grabadora se descomponga, la pluma se quede sin tinta; el cuaderno, sin más hojas disponibles, o bien, que el ruido interior y el exterior sean excesivos o que la temperatura sea desagradable, etc. Problemas fácilmente superables. Empero, no son los únicos obstáculos que pueden entorpecer el curso de la plática, los principales impedimentos a los que enfrenta una entrevista dependen del entrevistador y el entrevistado; si alguno de los dos falla, la solución no será tan sencilla como llevar pilas de repuesto.


4.2.1.- Clases de Entrevistado

El entrevistado con falsedad intencional: Es aquél que, por causas de muy diversas índole, no tiene interés en contestar con sinceridad y a la menor oportunidad, procura desviar la entrevista hacia donde más le conviene a sus intereses.

El entrevistado con mala memoria: Puede tratarse de una persona de avanzada edad o que atraviesa por una crisis nerviosa, en este caso el entrevistador debe recordar que su misión no tiene la menor relación con un interrogatorio policiaco y que si fallan los recursos pertinentes para que el entrevistado recuerde algunos datos, lo mejor será encauzar la plática hacia temas de otra índole.

El entrevistado con falta de información: Dentro de esta categoría es posible encontrarse con aquellos que, lisa y llanamente, reconocen su ignorancia respecto a un tema y, también a aquellos que prefieren superar la fama de antes de quedarse callados.

El entrevistado con fobia a las entrevistas: Al parecer, uno de los enemigos más terribles para el entrevistador es encontrarse con este tipo de entrevistado ya que aunque el entrevistador sea muy capaz, si se conversa con un entrevistado con fobia será muy difícil realizar una buena entrevista.

El entrevistado tímido: para poder sacar adelante la entrevista se le deberá apoyar haciéndole accesible y agradable el diálogo por ejemplo: Si se sabe donde nació la persona empezar a describir el lugar de una manera en que se calme y se sienta en confianza.

El entrevistado adulador: Aumentará el ego en el entrevistador con tal de no responder preguntas que dañen sus intereses, halagará constantemente la entrevista así encaminará el diálogo donde más le convenga. Se deberá conservar la objetividad y apegarse a las preguntas básicas.

4.2.2.- Actitudes

Los diferentes tipos de entrevistados, como ejemplo existen las personas prominentes, se prestan mucho a la entrevista. Se ha atraído la atención del público, a través de sus actividades en su ramo. Por su manera de escribir, de hablar, de pintar, por su sagacidad política, por su actuación en las tablas, por sus dotes ejecutivas, o por cualquier otro motivo ha logrado, en grados diversos, encender la imaginación del público. La simple mención de su nombre atrae al lector. Este se encuentra predispuesto a interesarse a lo que esas personas prominentes digan, aún antes de leer la entrevista.

Salvo por el hecho de que la gente importante lleva una vida muy activa y no dispone de mucho tiempo, el reportero encuentra que es fácil entrevistarla. Los personajes conocen el valor de la publicidad. Generalmente colaboran con el reportero saben muy bien lo que el público desea leer y eso motiva en gran parte lo que dicen para que se publique.

Muchas personas de gran prestigio y que ocupan lugares influyentes, sienten la verdadera aversión hacia la publicidad por naturaleza son reservados y aunque consiente que se les entrevista, sus respuestas pueden ser monosilábicas.

El reportero tiene generalmente que prometer a sus entrevistados que les mostrará la entrevista antes que la misma sea enviada a la imprenta. Esto no deja de ser molesto, puesto que consume tiempo y, además, la sensación de que existe censura lo que entorpece hasta cierto grado la libertad de expresión del periodista.

4.3.- El entrevistador

Aquella persona que trabaja temprano y tarde, por la mañana y por la noche, los días hábiles y los domingos, en Noche Buena y Navidad, para bien o para mal, hasta que la muerte nos separe. Son características profesionales del entrevistador.

4.3.1.- Características

Las principales características que necesita un buen entrevistador:

Sociales: Consisten en el dominio de las normas y costumbres sociales imperantes. Saber que es correcto hacer o decir; en cada situación social aumentara su efectividad de relación, estas habilidades son esenciales para el entrevistador.

Analíticas: Su dominio requiere un gran esfuerzo para afrontar una entrevista con un personaje de mentalidad analítica.

Interpretativas: Para dar coherencia a la información recibida durante una entrevista es necesario tratarla de manera sistemática, en base a la generación y comprobación de hipótesis sobre el candidato, tanto durante la entrevista como al finalizarla.

Toma de decisiones: Al evaluar al entrevistado, el entrevistador debe estar alerta a factores, muy sutiles, por ejemplo, debe tener cuidado de no dejarse llevar por estereotipos. Nunca deberá juzgar a un individuo por su raza o sexo.

Si se desea alcanzar el éxito como entrevistador deberá aprender a escuchar con un tercer oído. Deberá captar algo más que las palabras pronunciadas por el entrevistado. Deberá captar sus sentimientos ocultos y sus reacciones no expresadas. Dos virtudes importantes son la persistencia y la imaginación.

4.3.2.- Actitudes

Existen infinidad de variantes de entrevistadores. Es más, cada entrevistador puede cambiar constantemente su estilo durante la entrevista, su actitud incluso podría sufrir alteraciones drásticas. Un meticuloso recuento de dichos estilos nos transportaría a un laberinto. Así, antes que perderse en exhaustivas elucubraciones es necesario buscar una posible sistematización que permita clasificar a los diferentes tipos de entrevistador según las cualidades que compartan. De esta manera, se simplificarán los problemas de la entrevista provocados por el entrevistador.

4.3.3- Clases de entrevistadores

Hay una infinidad de tipos de entrevistadores de hecho cada uno se distingue de sus demás colegas por sus características personales, pero durante la entrevista puede haber cambios de estilo y hasta actitudes extremistas.

El entrevistador asustado: Este tipo de periodista que no tiene seguridad en lo que hace, por lo tanto tiene miedo, esto traerá como consecuencia que haya una actitud agresiva trayendo como resultado molestar al entrevistado y no sacar ninguna información, la otra actitud es ser demasiado complaciente y entre tanta complacencia no valdrá la pena la información resultante.

El entrevistador que ha alcanzado la fama: Este tipo de periodista se puede dar el lujo de no ser tan agradable a su entrevistado. Por obvias razones, esta especie no abunda y entre sus más consagrados representantes se encuentra Oriana Fallaci, quien puede darse el lujo de no tener que ser tan grata al entrevistado como todo aquél que empieza está un poco obligado a hacerlo.

El entrevistador narcicista: Es aquel que tiene un exceso de placer por escuchar su voz al realizar largas y extenuantes preguntas sin preocuparle la respuesta de su entrevistado, que sería su objetivo.

El entrevistador desalmado: No se preocupará por escuchar y mucho menos entender lo expresado por su entrevistado debido al uso inadecuado de la grabadora.

El entrevistado omnisapiente: Por pretender presumir de sus conocimientos acerca de la persona a la que hace la entrevista, no sólo pronunciara sus preguntas, mencionará sus opiniones trayendo como consecuencia el disgusto del entrevistado.

El entrevistador verdugo: Sus preguntas causaran asperezas y molestias al entrevistado, molestara al lector o al público.

El entrevistador rudo: Desconcertará con sus preguntas al entrevistado y el ambiente se volverá tenso.

Un entrevistador, en la medida en que se aleje de las características arriba descritas, puede convertirse en un buen entrevistador.

4.4.- Diálogo

Como ya comentamos, la entrevista es una conversación o un diálogo mantenido por el periodista por determinada persona. Entrevistar, es entrevistarse con, puesto que se trata de un verbo, que habla de una acción recíproca: se entrevistan dos personas; no se entrevista a una persona, sino que se entrevista con una persona.

En realidad, es palabra compuesta de “entre” y “vista”, lo que se realiza entre dos o varias personas que se observan o se ven mutuamente. Y así en realidad: en la entrevista habla el entrevistado y el entrevistador, y es por eso que es un diálogo.

La idea es que el entrevistador no sólo se concrete a hacer preguntas y apuntar las respuestas.

El entrevistador deberá indicar por la extensión de sus preguntas y por sus comentarios, breves y apropiados que conoce y le interesa el tema.

Sin embargo, habrá que tener cuidado ya que una cosa es indicar que se conoce el tema y otra es querer dominar el diálogo.

4.4.1.- Saber preguntar

Dentro de la entrevista, las preguntas tienen como fin principal el traducir los objetivos específicos del entrevistador. Las preguntas hábilmente formuladas pueden canalizar al entrevistado hacia metas que se fije un entrevistador.

Otra función de las preguntas, independientemente del hecho de recabar información, es la de motivar al entrevistado a comunicarse espontáneamente y llevarlo a que nos hable de aquellas áreas que nos interesan a relacionar las experiencias que ha tenido con el tema.

Tipos de preguntas

La forma más eficaz de forzar al entrevistado a hablar es formulándole preguntas claras y estas se clasifican en dos grandes grupos.

Preguntas cerradas

Son todas aquellas preguntas que se pueden responder con pocas palabras, incluso la mayoría de las veces la respuesta no va más allá de un “sí” o un “no”, este tipo de pregunta limita la conversación, su uso principal se da en el proceso de interrogatorio. Las preguntas cerradas se pueden clasificar en tres tipos diferentes.

De identificación: Son aquellas preguntas a través de las cuales se busca saber: Quién, Cuándo, Dónde, o Cuáles. Ejemplo. ¿En dónde vive usted?

De selección: Con este tipo de preguntas se le pide al sujeto que elija entre una o más alternativas. Ejemplo. ¿ Preferiría una plaza en provincia o en la capital?

De definición: Son mejor conocidas como preguntas de si o no. Ejemplo ¿Le gustaría vivir en México?

Preguntas abiertas

Son todas aquellas preguntas que requieren de bastantes palabras para poder ser contestadas, son ideales para adquirir información suplementaria, con ellas se suele empezar una conversación.

De este tipo de preguntas existen una gran variedad de clases, las más relevantes son:

De aclaración: Son las que se usan cuando una respuesta le resulta dudosa al entrevistador. Ejemplo: Entonces ¿puedo entender que usted fue el mejor empleado de su compañía?

De prueba: Esta pregunta es para ahondar más en la respuesta del entrevistado, llegar al fondo de las actitudes y motivaciones que se oculta detrás de la respuesta. Ejemplo: ¿ Cuál fue la razón principal que lo hizo esforzarse tanto en el trabajo, como para llegar a ser el mejor empleado de la compañía?

Sugerentes: Son aquellas que sugieren una respuesta la cual por lo general es un “sí o un no”. Ejemplo: “A usted no le gusta beber ¿verdad?

Proyectivas: Son aquellas preguntas cuyas respuestas siempre llevan implícita la proyección de la íntima forma de pensar o sentir del entrevistado, estas preguntas permiten adquirir información deseada sin que el entrevistado se sienta comprometido o responsable ante cierta situación. Aquí es de suma importancia que el entrevistador detecte la actitud defensiva del entrevistado desde el principio de la entrevista para poder ir preparando el terreno, y así plantear oportunamente sus preguntas.

Situacionales o hipotéticas: Estas son de gran utilidad cuando el entrevistador desea colocar al entrevistado en una determinada situación hipotética y ver como reacciona desde esa perspectiva. Ejemplo: ¿Qué haría si tuviera cinco millones de pesos?

Observaciones para una mayor efectividad en el manejo de las preguntas

Nivel de información: Las preguntas que se elaboren serán de tal forma que sean adecuadas al nivel de información del entrevistado.

El orden de las preguntas: La forma más efectiva de empezar una entrevista es preguntar cosas sencillas y después poco a poco ir subiendo el grado de dificultad hasta preguntas más sutiles o complejas.

Guía y control: Siempre debe considerar el entrevistador tener previamente elaborada la entrevista, haciendo una guía de preguntas que sirva de control del desarrollo de la entrevista. Tomando en cuenta que las preguntas deber ser variadas, y que las mejores preguntas son las que surgen espontáneamente con la conversación.

Sondeo de información: El sondeo en primera instancia se interesa en él: cuál, dónde, cuándo, y con quién. En segunda instancia se interesa por las causas y las motivaciones. Ejemplo: En primera instancia ¿Cuáles son sus pasatiempos? Segunda ¿Por qué le interesa coleccionar monedas?

Formulación de preguntas: El entrevistador se asegura un rendimiento máximo de la entrevista si sus preguntas son correctas y hábilmente formuladas. El entrevistador se asegurará un rendimiento máximo. El entrevistador debe procurar ampliar al máximo el ámbito de sus preguntas, un buen entrevistador nunca repite la misma pregunta.

Utilización de preguntas directas: Este tipo de preguntas se deben plantear de una manera suave, para no provocar ansiedad y actitudes defensivas en el entrevistado.

4.4.2.- Saber Escuchar

Es uno de los requisitos básicos imprescindibles para que el proceso de la comunicación se pueda llevar a cabo. Conviene aquí recordar la diferencia existente entre los términos “oír y escuchar”.

Oír: Fenómeno físico que consiste en percibir con el oído los sonidos

Escuchar: Aplicar el oído para oír, prestar atención a lo que se oye.

El poder escuchar eficientemente ayuda al entrevistador a obtener información que lo lograría conocer a través de otros medios, en su contexto original, con las expresiones emocionales, tono de voz y expresiones faciales con las que se expresa una idea.

Habilidades que se requieren para escuchar eficazmente


Atención: Es muy importante que el entrevistador logre mostrar su interés hacia lo que el entrevistado le está diciendo.

Percepción: Es el proceso por medio del cual organizamos las sensaciones que se han ido adquiriendo, a su vez habilitará al individuo para que sepa donde esta en relación con los objetos y condiciones del mundo exterior.

Concentración: La atención y el interés no son suficientes para escuchar eficazmente para obtener del entrevistado el máximo de información es necesario presentar mucha atención y así eliminar cualquier fuente de distracción.

Retención: Un buen entrevistador tiene que estar consciente de su necesidad de recordar los eventos de la entrevista tal y como sucedieron para resumirlos y evaluarlos.


Obstáculos que impiden escuchar eficazmente


Intolerancia: Una persona intolerante encontrará difícil concentrarse en lo que el entrevistado diga, ya que su atención estará dirigida solamente a buscar argumento para criticar su apariencia física, su forma de vestir, su vocabulario, etcétera.

Impulsividad: Uno de los peores enemigos del entrevistador, es la falta de control de sus impulsos ante aquello que esta escuchando. El buen entrevistador debe considerar su obligación de esperar calmadamente a que el entrevistado termine de hablar.

Anticipación: En este caso, el entrevistador considera después de haber escuchado unas cuantas palabras que es capaz de determinar lo que dirá el interlocutor.

Indolencia: Para escuchar se requiere un gran esfuerzo mental.

Cuando el tema de la entrevista es abstracto, difícil o pesado, la inclinación natural del entrevistador es aburrirse o bien cambiar de tema hacia algo más interesante para el mismo.

4.5.- El fotógrafo

El fotógrafo es considerado un reportero gráfico y su importancia y responsabilidad es tan importante como la de cualquier periodista.

El fotógrafo debe cubrir diversos aspectos tratando de que sus fotografías sean entendibles para grandes sectores, la técnica del fotógrafo debe de cubrir diferentes aspectos como son:

--- Formato horizontal o vertical
--- Posibilidades para una portada
--- Fotografías a toda plana y a doble página
--- Fotografía única o reporte gráfico
--- La fotografía total
--- La fotografía a distancia media-larga
--- El primer plano


Durante muchos años -incluso cuando ya se había popularizado la cámara fotográfica- el periodismo se hacía a punta de palabras. El reportero, el entrevistador, el cronista, se sentía obligado a dibujar con palabras los acontecimientos y los entornas que conforman el fenómeno de los hechos dignos de ser contados. Se esmeraba -se esmera aún- en dibujar los pliegues de un rostro, la vivencia de un ademán, el paisaje que envuelve la esencia de lo captado.

La fotografía era un simple complemento, a menudo prescindible, de lo que el reportero perseguía y encontraba. Páginas repletas de letritas inundaban los diarios o las revistas. Lo que no estaba escrito no se veía. Lo que no estaba dicho con el verbo carecía de existencia.

La fotografía fue ganando terreno, y el fotógrafo que acompañaba al reportero en su investigación formó con él una mancuerna, pero casi siempre como un subordinado de aquél. Poco a poco, sin embargo, el periodista fue entendiendo que su pareja, el hombre de la cámara, no sólo completaba su trabajo, sino que realizaba una tarea que era necesario tomar en cuenta para ahorrarse inútiles descripciones, excesivos párrafos acotadores que un disparo de cámara suplía con maravillosa eficacia.

"Una imagen vale por mil palabras", nos acostumbramos a repetir los hombres del teclado, siempre con desconfianza o con minusvalía hacia nuestro fotógrafo pareja. Escribíamos nuestras noticias o nuestros reportajes sin ver antes lo que atrapó la cámara; sin verIo nunca quizás hasta que no aparecía acompañado por esas fotos que otro -el jefe de la redacción o el editor- había seleccionado.

Se ha llegado a entender, por fin, que reportero y fotógrafo forman una pareja inseparable, una unidad en todo buen trabajo reporteril; que para redactar un texto se hace necesario tener enfrente esas fotos que nos van a ahorrar descripciones, detalles, entornas que la imagen proporciona de golpe con una fuerza incuestionable.

Se ha llegado a entender, sobre todo, que el fotógrafo de prensa no es un simple dis-paraclics, sino también, un auténtico repor¬tero. Debe serIo, y la toma de conciencia del fotógrafo en calidad de periodista es elemento clave para que esta transformación de los modos de trabajar tenga los buenos resultados que la profesión merece.

La pareja que habrán de formar entonces el que escribe y el que "retrata" es una pareja de iguales. Su tarea se complementa de aquí para allá y de allá para aquí, en el fárrago del quehacer. Malo que un entrevistador se presente -por ejemplo- a charlar a solas con el personaje de un acontecimiento, y luego, otro día, en otra circunstancia, acuda el fotógrafo a realizar el registro de ese entrevistado. Se igno¬ra -al cometer este vicio tan frecuente- que el fenómeno de la entre¬vista ocurre en un instante y que ese instante es el que exige ser recogido con palabras y con imágenes que se retroalimentan entre sí.

La fotografía en la entrevista

En periodismo existen tres tipos de entrevista. La entrevista de noticia se emplea para obtener, confirmar o ampliar noticias. En la entrevista de opinión, el periodista suministra al lector los comentarios, juicios, ideas o pareceres que, sobre uno o varios temas, hace un personaje prominente y calificado dentro del área de conocimientos que se trata; también, lo que dice el entrevistado acerca de otras opiniones ya difundidas. La entrevista de personalidad destaca la forma de ser del entrevistado. El centro del diálogo, lo periodístico, es la personalidad del individuo.

Desde el punto de vista de la información fotográfica, en las entrevistas de noticia lo más importante es la fuente en el momento en que suministra su declaración. La imagen cumple la función fundamental de dar veracidad al texto escrito, es decir, es testimonial.

En las entrevistas de opinión, se muestra a la fuente mientras emite sus juicios o pareceres sobre el tema objeto del trabajo. Como la parte escrita es más extensa en este tipo de entrevistas que en la anterior, el espacio es mayor. En consecuencia, es factible dar más despliegue a la fotografía e incluso publicar más de una.

En las entrevistas de personalidad, las fotos reciben más espacio y cobran mayor importancia que en los otros tipos. Esto se debe, entre otras cosas, a que se efectúan con más calma y, por lo general, en el hogar o trabajo del entrevistado, lo cual permite un tratamiento fotográfico más variado".

La fotografía en la encuesta. La encuesta periodística consiste en una misma pregunta o pequeño conjunto de preguntas que se le formulan a varias personas para conocer las opiniones de sectores a los que, se supone, representan, sobre un tema. En las fotografías de encuestas, las imágenes deben mostrar a las personas o personalidades que han emitido sus juicios sobre el tema objeto del sondeo. En tal sentido, además de dar mayor credibilidad al trabajo, hacen su lectura menos pesada o más amena.